En lo que va del año, las acciones de la empresa más exitosa de Argentina, Mercado Libre, suben 58% en el Nasdaq, uno de los mercados bursátiles más grandes del mundo.
Las acciones del sindicato de camioneros, en cambio, se están yendo a pique, en la medida que la cuarentena que impone el gobierno detuvo casi el 50% de las actividades económicas del país.
La empresa que conduce Marcos Galperín tiene cerca de 200 millones de usuarios en alrededor de 20 países de Centro y Sudamérica.
El gremio conducido por la dinastía Moyano tiene 73.000 afiliados solo en Argentina, único país donde opera.
La compañía tecnológica fundada en 1999 vende más de 300 millones de artículos que tanto compradores y vendedores ofrecen voluntariamente en su plataforma digital.
El sindicato de transporte capta afiliados mediante luchas de poder y prácticas mafiosas.
Mercado Libre representa la civilización, los Moyano la barbarie. Y la ley, en Argentina, históricamente ha estado a favor de lo segundo.
Los mercados civilizan
Dady Brieva y Miguel del Sel son dos humoristas argentinos, famosos por formar el trío Mi-Da-Chi, que hizo reír a cientos de miles a lo largo de 20 años. Miguel del Sel es un militante del macrismo, Daddy Brieva un reconocido kirchnerista.
Hace unos años, fue Brieva el que, producto de las diferencias de opinión que tenía con su colega, realizó la siguiente reflexión:
Si hablamos de política, si nos peleamos, se pudre todo, y no vendemos entradas.
Tomé esa frase como una reivindicación de cómo el comercio civiliza a la gente. Es que, en esencia, una actividad comercial mejora a ambas partes, incluso cuando éstas no tengan nada en común. Mediante la pacífica actividad comercial de “dame esto que yo valoro y yo te doy esto que vos valorás más”, los seres humanos dejamos de lado prejuicios de raza, religión, color e ideas políticas, para satisfacer las necesidades del prójimo.
No me importa si sos kirchnersta, hagamos el show y ganemos plata, que es más importante. De paso, la gente también se ríe y recibe un beneficio por su pago…
No me importa si sos negro o blanco, solo sé que sos buen mecánico y necesitaba que alguien me arreglara el auto a un precio conveniente…
No existe mecanismo en el mundo con mayor poder de integración y paz que el comercio. Nadie entra, de hecho, en una relación comercial, si no espera de antemano ganar con ella.
Esto explica el éxito de plataformas como Mercado Libre, Amazon o E-Bay, que hoy en día han puesto en jaque a todo tipo de tiendas y negocios tradicionales. Dado que la preferencia de millones de consumidores en el planeta está cambiando, y éstos prefieren ahorrar tiempo y dinero comprando “desde la comodidad del hogar”, las empresas de venta online están en auge hace años.
Esto, obviamente, no tiene nada de malo. De hecho, solo podemos admirar la capacidad de estos nuevos emprendedores para detectar y satisfacer tan bien una necesidad creciente de los consumidores. Si los accionistas de Mercado Libre son hoy mucho más ricos de lo que eran hace uno, dos o cinco años, es resultado de que miles y millones de nuevos usuarios se han beneficiado de su servicio.
Es que en el mercado libre (con minúscula, esta vez), es simple cómo funciona la cosa. ¿Querés enriquecerte? Aportále algo de valor al resto.
Lamentablemente, no pasa esto cuando el mercado se extingue.
Los gremios resisten
En su monumental obra “La Acción Humana”, el economista austriaco Ludwig von Mises distinguía dos formas posibles en las que los individuos podían relacionarse:
Existen dos diferentes formas de cooperación social: la cooperación en virtud de contrato y la coordinación voluntaria, y la cooperación en virtud del mando y la subordinación, es decir, hegemónica.
Cuando y en la medida en que la cooperación se basa en el contrato, la relación lógica entre los individuos cooperantes es simétrica. Todos ellos son partes de un contrato de intercambio interpersonal. Juan está con respecto a Tomás en la misma posición que Tomás lo está con respecto a Juan. Por el contrario, cuando la cooperación se basa en el mando y la subordinación, aparece uno que ordena mientras otro obedece.
Así las cosas, mientras MercadoLibre consigue el dinero de los clientes porque, a cambio de éste, les entrega un producto o un servicio que ellos valoran, otros buscan conseguirlo mediante el mando o la imposición. Esta es la forma de los sindicalistas conducidos por Hugo y Pablo Moyano.
En efecto, lo que el gremio de camioneros está “exigiendo” cuando criminalmente bloquea las salidas de los camiones desde los centros de almacenamiento que la empresa tiene, lo que busca es que los 1.300 empleados que la empresa allí tiene, cambien de sindicato, pasando desde el de Carga y Descarga, al de Camioneros.
Claro que esto no lo hacen mediante la “seducción” de los potenciales “clientes”, ofreciéndoles mejores condiciones laborales, o clubes más grandes de esparcimientos, o el pago de cuotas sindicales más baratas.
La forma a la que acuden es la de la violencia, el mando y la subordinación: “ustedes vengan a mi gremio, porque yo lo digo”. Y si alguien se niega, a sufrir las consecuencias.
El reclamo de los Moyano puede llegar a entenderse. Los 1.300 empleados cobran un promedio de $ 78.000, lo que representa aproximadamente un costo laboral para la empresa de $ 89.700 por mes por cada empleado. Si a ese monto le calculamos la cuota sindical que pagaría Mercado Libre y cada empleado a Camioneros, el monto mensual asciende a unos nada despreciables $ 4,7 millones por mes, o $AR 60,6 millones por año.
¿Y quién no quiere $AR 60 millones al año? El punto es qué estamos dispuestos a hacer para conseguirlo y qué va a permitir la ley que se haga para ese fin.
Si la respuesta es que la ley solo permitirá que dichas ganancias se consigan compitiendo en el mercado, como o hace Mercado Libre y tantas otras miles de empresas y empresarios honestos de Argentina, entonces nos estaremos moviendo un paso en la dirección dela civilización.
Si la respuesta es que el reclamo y la amenaza violenta se aceptan como método, descenderemos un escalón más hacia la barbarie.
Fuente: Los Mercados