Para el socialismo, gobernar es gravar
(Rosario, 02 de mayo de 2012) La Fundación Bases ve con gran preocupación la supuesta “reforma tributaria”, eufemismo para ocultar una nueva suba de impuestos, que impulsa el poder ejecutivo provincial. La lógica política es la de siempre, pues para el socialismo gobernar es gravar. La pasión por el gasto público y la voracidad fiscal parecen siempre estar en alza (como nuestros impuestos).
Los detalles de la “reforma” resultan escalofriantes para los bolsillos de los santafesinos. El inmobiliario rural aumentaría hasta un 600%. A su vez, como la expansión fiscal parece infinita, se incorpora al rubro de la construcción al pago de ingresos brutos a fin de castigar a quienes construyan edificios en la provincia. Finalmente, para el impuesto inmobiliario urbano se propone un importantísimo incremento.
La progresividad y la (pseudo)justicia contributiva con la que se busca teñir a la reforma para darle un carácter aceptable no hacen otra cosa que ocultar las consecuencias conservadoras de la medida. Al contrario de lo que afirman sus voceros, los impuestos progresivos no afectan a quienes ya tienen consolidado un patrimonio sino que castigan brutalmente a quien lo está constituyendo. Es decir, son un atentado contra la movilidad social ascendente pues penan a quien intenta crecer.
Finalmente, desde la Fundación Bases creemos que el proyecto de reforma posee una peligrosa cara autoritaria y antirrepublicana. En la apertura de sesiones ordinarias de la Legislatura, el gobernador Bonfatti afirmó que “distintos impuestos construyen distintas democracias”. Resulta muy irónico que se invoque a la democracia justamente en nuestro parlamento cuando el proyecto habilita al Servicio de Catastro e Información Territorial a revaluar los valores de los campos sin control legislativo alguno. En lugar de una democracia “distinta” lo que el gobernador nos propone con este gesto reaccionario es volver a los modos recaudatorios de las monarquías absolutas.