No hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla. El 2 de junio, los mexicanos se juegan uno de los momentos más importantes para la democracia representativa de ese país, tal cual la decisión fue tomada hace casi 6 años.
Esta puede convertirse en la caída más profunda de un México en un sistema autoritario mucho más profundo o quizás tener el menos malo de los frenos que hay como opciones electorales.
Durante el siguiente proceso electoral, en México se elegirán más de 20 mil cargos de elección popular (incluido el presidente de la república), que, si bien es cierto, implica seguir con un proyecto a nivel nacional que se ha caracterizado por contar con una serie de políticas enfocadas al asistencialismo económico.
Lo que dejó AMLO después de 6 años
La Cuarta Transformación busca mantener su proyecto de transformación por 6 años más, generando más proyectos faraónicos, como fue el caso de la Refinería Dos Bocas, el Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA) y El Tren Maya o el Aeropuerto de Tulum.
Por otro lado, los programas sociales han creado potenciales votantes para las próximas elecciones, que permitirían que se lleve a cabo el tan ansiado Estado de Bienestar de AMLO, esto es debido a que se ha creado un enorme andamiaje de burocracia estatal buscando beneficiar a básicamente a ciertos grupos de interés.
Sumado a lo anterior, se ha subsidiado el total de los pasivos de la paraestatal petrolera (PEMEX), la derogación de reformas energéticas, la crisis de Salud Pública durante la pandemia del COVID, 120% de aumento al salario mínimo, crisis de Seguridad, y aumento en violencia de manera desmedida contabilizando cerca de 180 mil homicidios dolosos.
Hasta que el destino nos alcance 2.0
Todo parecía que la demagogia no podría ser posible, que el discurso no tendría implicaciones y que los mexicanos no tendrían que experimentar en carne propia el gobierno de un megalómano con una capacidad de tergiversar la realidad que hace parecer que 1984 es solo una historia que forma parte del folkore dístopico.
Este gobierno y sus voceros se han dado a la tarea de mantener la realidad el discurso del presidente, de sus allegados o de cualquier persona que comulgue con su visión del mundo, además de atacar y desprestigiar a cada persona que emite una opinión diferente e incluso realizar persecución fiscal a empresarios.
Poco tiempo antes de la elección del 2018 ya se anunciaba que México podría tomar un camino incorrecto, la libertad no se veía beneficiada, la economía se afectaría y las propuestas de AMLO tendrían consecuencias que marcarían un antes y un después en el país, y en efecto el destino se alcanzó.
La libertad no está en las urnas
Estas elecciones carecen de propuestas en pro de la propiedad privada o la libertad económica. Los candidatos en la actualidad están más cercanos al régimen en cuanto a visión política y propuestas que a la liberalización económica, la reducción burocrática o la disminución de impuestos.
Por un lado, se tiene a la candidata del régimen y de Morena, Nueva Alianza y PT. Claudia Scheinbaum, que se ha caracterizado por intentar mantener la narrativa y demagogia que identifico a toda la gestión de AMLO, además de mantener los proyectos de nación, se suman propuestas como:
- Becas económicas universales para estudiantes.
- Fortalecer la Guardia Nacional.
- Mantener la construcción de obras públicas por las fuerzas armadas.
- Ministros de la Suprema Corte elegidos por medio de elecciones populares.
- Expandir el sector de la salud pública a la mayor cantidad de personas posibles.
- Aumentar el gasto público de los programas sociales.
Por otro lado, se cuenta con la candidata de la oposición al régimen, formada por la coalición de partidos del PAN, PRI y PRD, y que están abanderados por Xóchitl Gálvez, mismos que están plagados de escándalos de corrupción y de dónde se incubaron muchos de los integrantes del partido del régimen. La “oposición” suma propuestas como:
- Retirar a las fuerzas armadas de las obras públicas.
- Creación de una prisión de máxima seguridad.
- Cambios en los sistemas educativos.
- Creación de un sistema de salud integral (público y privado).
- Mantener programas sociales de la actual administración.
- Créditos a empresas.
Por último, existe una tercera opción que abandera Jorge Álvarez Maynez con el partido Movimiento Ciudadano. Partido que tomó distancia de la oposición y del régimen actual, y que para efectos de formar parte de una segunda vertiente de la oposición, cuenta con propuestas enfocadas a:
- Desmilitarizar la administración pública.
- Garantizar la autonomía del poder judicial.
- Regularizar la Cannabis para su uso lúdico y farmacéutico.
- Aumentar becas de posgrado.
- Crear un sistema de salud universal.
- Crear un sistema universal de pensiones.
- Crear un seguro de desempleo temporal.
La dura decisión de los liberales en México
Como se ha visto anteriormente, la libertad no es un tema a tratar para los candidatos, incluso se podría decir que en mayor o menor porcentaje se busca mantener la dirección de las políticas públicas actuales y (¿Por qué no?) mantener ciertos discursos y visión sobre una gestión dirigida al Estado de Bienestar.
Dicho lo anterior, no hay propuestas para la libertad económica, hay claros riesgos sobre posibles expropiaciones, como ocurrió con la construcción del Tren Maya, la aparente ruptura de la división de poderes y la autonomía del poder judicial se encuentra mitigada, subsidios a empresas paraestatales ineficientes, obras faraónicas construidas por las fuerzas armadas y la escalable violencia de los últimos años.
Ante todo este panorama lleno de bruma, los liberales en México tendrán la difícil tarea de tomar la decisión de si votar o no por una u otra opción, ya que, lo único que si es claro es que la candidata del oficialismo no es una opción en ningún sentido para que la libertad económica, la división de poderes y la propiedad privada sean protegidas o defendidas bajo ningún caso.
El gobierno «es un poder separado, independiente y a menudo hostil» -Louis L. Mencken
Si bien la democracia es un dios caído como Hoppe lo mencionó en algún momento, es necesario entender que se sigue bajo esas reglas del juego, y mientras no cambie, se tendrán que tomar decisiones que impliquen la posibilidad de cambiar el panorama en algún plazo futuro o lanzarse al foso del autoritarismo y la Estadolatría de los últimos años, la moneda está en el aire.
* Jorge Alberto Ruiz Meza es asociado de proyectos de la Sociedad Tomás de Mercado. Anteriormente ha participado con diferentes organizaciones liberales (CATO, Instituto Acton, Caminos de la Libertad, FPP y FEE). También cuenta con un Master en Gestión Pública por el Instituto Tecnológico Latinoamericano y estudió Economía y Finanzas en la Universidad del Valle de México. Actualmente es Pasante de la Fundación Internacional Bases.
Fuente: Fundación Internacional Bases