Remontándose a los días de «Reefer Madness«, los defensores de la penalización de la marihuana han tendido a enmarcar sus argumentos en términos de protección del público ante un supuesto peligro para la salud. Pero una nueva investigación concluye que, en realidad, la legalización de la marihuana mejoraría la salud pública.
En un artículo publicado recientemente por la Oficina Nacional de Investigación Económica, los economistas D. Mark Anderson y Daniel I. Rees revisan docenas de estudios que investigan las consecuencias para la salud que tienen las leyes sobre la marihuana medicinal. También evalúan la legalización de la marihuana con fines recreativos (aunque los datos son más escasos en este ámbito). He aquí tres de las principales maneras en que concluyen que la legalización mejora la salud pública.
1. Reducción en el consumo de tabaco, salvando vidas
La marihuana tiene consecuencias para la salud que la gente debería tener en cuenta a la hora de tomar decisiones de consumo personal, pero esencialmente nadie muere directamente por ella. Por otro lado, el consumo tradicional de cigarrillos y tabaco ocasiona cáncer de pulmón, el cual mata a unos 150.000 estadounidenses todos los años.
Por lo tanto, cualquier cosa que reduzca significativamente el consumo tradicional de cigarrillos probablemente salvará vidas. Y esta nueva investigación muestra que no sólo hay «pocas pruebas de que la legalización haya fomentado el consumo de tabaco», como predijeron los críticos, sino que «en todo caso, ha desalentado su uso».
Uno de los estudios citados descubrió que las leyes sobre la marihuana medicinal se asocian a una disminución del 6% en el consumo de cigarrillos entre los adolescentes y a un descenso del 12% en el consumo frecuente de tabaco por parte de ellos. Otro estudio concluyó que «la legalización de la marihuana recreativa se asocia con una disminución del 12% en la demanda de tabaco».
2. Disminución en el consumo de alcohol y muertes por accidentes de tránsito
Si bien la proliferación de la marihuana legal puede conducir a un mayor consumo, esto no tiene necesariamente un efecto negativo neto para la salud pública. De hecho, el nuevo documento concluye que la marihuana sirve a menudo para sustituir el alcohol, cuyo consumo contribuye a unas 95.000 muertes anuales en Estados Unidos.
Se citan estudios que demuestran que la legalización de la marihuana recreativa se asocia con una disminución del 5% de la demanda de alcohol y a una reducción del 20% de las borracheras, incluso entre los estudiantes universitarios. Mientras tanto, las leyes sobre la marihuana medicinal se asocian con una disminución del 13% al 15% de las muertes por accidentes de tránsito relacionadas con el alcohol, según uno de los estudios revisados.
3. Disminución de delitos violentos
La criminalización de la marihuana ha alimentado a los mercados negros y la actividad de las pandillas, lo que ha dado lugar a más delitos violentos. Por lo tanto, no es sorprendente que este documento encuentre que «Los estudios… proporcionan una fuerte evidencia de que la legalización reduce los delitos no relacionados con las drogas».
Cita una investigación que muestra que la apertura de dispensarios de marihuana legal se asocia con una caída del 19% en la delincuencia general. Otro estudio reveló que la legalización de la marihuana recreativa se corresponde con un descenso del 15% al 30% en las violaciones y del 10% al 20% en los robos.
La conclusión: Los resultados importan infinitamente más que las intenciones
No cabe duda de que muchos políticos y votantes que apoyan la penalización de la marihuana esperan sinceramente proteger al público. Pero, como dijo el economista ganador del premio Nobel Milton Friedman, «uno de los grandes errores es juzgar las políticas y los programas por sus intenciones y no por sus resultados».
Las intenciones y la retórica pueden hacer una gran campaña, pero no un buen gobierno. O, como escribió el economista Robert P. Murphy para FEE.org, «No basta… con respaldar una legislación que tenga un título bonito y prometa hacer algo bueno. La gente tiene que pensar en todas las consecuencias de una medida, porque a menudo traerá a una cura peor que la enfermedad».
Criminalizar la marihuana ha proporcionado, efectivamente, una «cura» mucho peor para la salud pública que la «enfermedad». Y ahora sabemos que abandonar esta política fracasada tendría, literalmente, resultados que podrían salvar vidas.