Después de la Segunda Guerra Mundial, los territorios conocidos como los Cuatro Tigres Asiáticos estaban entre los lugares más pobres del mundo. Hong Kong, Taiwán, Singapur, y Corea del Sur, todos ocupados por el Imperio Japonés durante la guerra, tenían tasas de pobreza equivalentes a aquellas del Sur Global. Eso cambió, mostrando al mundo la promesa del liberalismo económico al resto del mundo.
En 1950, el PIB per capita de Corea del Sur (en dólares de 2018) era de solo $1.311, menos que en la República Democrática del Congo ($2.033). Pero en 2020, el PIB per capita de Corea del Sur de $44.561 sobrepasó al Reino Unido ($43.906). Las empresas surcoreanas Samsung, Hyundai, y LG son marcas conocidas a nivel mundial, generando miles de millones de dólares. Corea del Sur es ahora considerada una “super potencia cultural”, con una ola coreana de películas, música, y programas de televisión que son populares alrededor del mundo.
El PIB de 1950 de Taiwán de $1.568 era también más bajo que aquel del Congo. Hoy, se encuentra en $59.721 —no lejos de los $60.587 de Dinamarca. La globalización ha sido crucial para la prosperidad de Taiwan: la Empresa de Fabricación de Semiconductores de Taiwan (TSMC), que fabrica los chips utilizados en los iPhones, es la novena empresa a nivel mundial según su valor de capitalización en el mercado. La nueva riqueza de Taiwán ha coincidido con la liberalización política y social. En 2019, se convirtió en el primer país en Asia que legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo luego de designar al primer ministro de gobierno abiertamente transgénero en 2016.
En 2021, el PIB per capita de Hong Kong era de $62.193, más que 14 veces que su nivel de 1950 de $4.397. Muchos economistas, incluyendo el ganador del Premio Nobel Milton Friedman, atribuyeron la riqueza de Hong Kong a su política de “no-intervencionismo positivo”, una forma no intervencionista del liberalismo económico que la ciudad ha permitido desde la década de 1950. Hong Kong era una colonia británica hasta 1997 cuando fue devuelta a la China continental. Después de la reunificación, la ciudad contenía medio punto porcentual de la población de China pero comprendía un quinto de su economía.
Como Hong Kong, la ciudad-estado de Singapur ha logrado la prosperidad mediante el libre comercio y la libre empresa. Reconociendo que el estado de derecho es esencial para los negocios, Singapur aprobó unas leyes de gran alcance en contra de la corrupción, incluyendo la Ley de Prevención de la Corrupción de 1960. Debido a esto, Transparencia Internacional frecuentemente ha calificado a la ciudad-estado como uno de los países menos corruptos del mundo —en 2020, Singapur se ubicó en tercer lugar, detrás de Nueva Zelanda y Dinamarca. Desde la década de 1960, Singapur ha mantenido impuestos bajos, evitado la tramitología, y fomentado la inmigración de trabajadores calificados. Eso ha aumentado el PIB per capita de la ciudad-estado por un factor de 17 desde la década de 1950 —desde $5.885 (más pobre que México) hasta llegar a $101.513 (duplicando el de Canadá).
Los Cuatro Tigres Asiáticos son parangones del desarrollo humano, y su crecimiento rápido debería ser un modelo para las economías del Sur Global que desean un desarrollo igual de rápido. Su éxito se debe a varios factores, incluyendo las políticas amigables con el mercado, el estado de derecho, y la protección de los derechos de propiedad. Aún así, la mayor bendición para estos cuatro territorios fue sin duda la globalización. La economía híper-especializada, super productiva mantiene a más de siete millones de personas, a pesar de importar más de 90 por ciento de su comida. Cada Tigre Asiático siguió la misma fórmula —la especialización económica y las exportaciones abundantes, generando un crecimiento rápido. A su vez, el crecimiento económico ha derivado en mejoras tangibles en el bienestar humano, incluyendo la expectativa de vida. En 2019, un habitante de Hong Kong podía esperar vivir por 84,9 años, más que cualquier territorio en el mundo. La expectativa de vida fue de 83,6 en Singapur y 83,0 en Corea del Sur.
Los logros de los Tigres Asiáticos no son totales, ni tampoco está garantizado que los cuatro territorios sigan siendo prósperos para siempre. Mientras que Singapur es uno de los países menos corruptos del mundo, el gobierno de Corea del Sur están inmiscuido en varios escándalos de corrupción. Mientras que Taiwan es abierto y democrático, Singapur es solo una democracia “defectuosa”. Hong Kong nunca ha sido una democracia, a pesar de los pedidos de sus ciudadanos. China —que ha intentado copiar el éxito de los tigres sin sus libertades políticas— ahora lanza una sombra pesada sobre toda Asia. No obstante, en su conjunto, los Tigres Asiáticos personifican la promesa mundial del liberalismo. Su camino hacia convertirse en una democracia libre, abierta y próspera es la mejor alternativa al modelo chino para el mundo en vías de desarrollo.
Fuente: El Cato