Según la BBC en el último tiempo se ha desarrollado un curioso fenómeno en la economía argentina: gastar para ahorrar. Y es que desde hace unos años los residentes argentinos han tenido que lidiar con una inflación incontrolable que afecta los bolsillos de todos sin discriminación alguna, es por eso que mucha de la población se ha visto en la obligación de ponerse creativos y buscar soluciones para lograr “llegar a fin de mes”.
Con la inestabilidad económica que se vive día con día a veces es difícil saber cuándo es el momento idóneo para realizar una compra, muchas veces el querer esperar un poco más para guardar una mayor cantidad de dinero y adquirir un producto resulta siendo contraproducente y se termina con un alza en el precio y no con suficiente efectivo como para poder pagarlo.
Es por eso que surgen muchas alternativas para intentar hacer valer el dinero de los bolsillos de los argentinos, desde los plazos fijos o los plazos fijos UVA, invertir en propiedades o incluso hacer uso de los pagos en cuotas a través de tarjetas de crédito, siendo este último uno de los más utilizados habitualmente por las personas que no poseen gran conocimiento sobre inversiones. Las cuotas con tarjeta de crédito permiten en el largo plazo pagar menos en valor real por un bien o servicio, aprovechando programas como el Ahora 12 o Ahora 18, y así lograr un impacto menor en el bolsillo a la hora de pagar las cuotas finales. Financiar el consumo es solo otra alternativa para gastar y ahorrar y además adquirir bienes que de otra manera podrían volverse un tanto inalcanzables.
Estas son sólo algunas de las medidas que se vienen utilizando para hacerle frente a la inflación, pero hay una que llama la atención de varios al ser vista en primera instancia como una contradicción, ahorrar gastando para muchos es la mezcla perfecta de antónimos que en el contexto adecuado pueden salvar a más de alguno.
Pero, ¿en qué consiste? Pues según el economista Santiago Manoukian “la gente que tiene pesos intenta sacárselos de encima porque queman, entonces los usan para consumir bienes”. Por eso muchas personas tienen como pensamiento principal a la hora de realizar sus compras -comprar ahora porque no se sabe cuánto pueda llegar a aumentar en los próximos días-.
Todas estas técnicas para hacer valer nuestro dinero se terminan viendo directamente reflejadas en el consumo. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) el consumo privado creció 9,3% interanual en el primer trimestre del año. Además, existen las personas que deciden gastar esos “pesos extras” en experiencias, como el salir a restaurantes o realizar viajes. Esto explicaría porqué a pesar de atravesar una crisis económica los restaurantes o bares siguen llenándose de personas, o porqué se ha conseguido un récord de turismo interno comparado con los tiempos pre pandemia. Para Manoukian esto se trata de una paradoja, dice: “Lo esperable es que cuando en un país se acelera mucho la inflación y cae el salario real, cae fuerte el consumo, pero acá no está pasando porque la gente se quiere desprender de sus pesos para mantener el valor de lo que tienen, en bienes”.
Entonces, ¿en qué conviene gastar mi dinero hoy? La lista es larga y variada pero lo principal a tener en cuenta es la durabilidad de los bienes, esta debería ser larga, sin importar si se trata de productos comestibles o no. Dentro de las cosas que encontramos en supermercados podemos mencionar los productos enlatados o no perecederos, artículos de higiene personal (desodorantes, shampoo, etc.) o incluso bebidas alcohólicas. Por otra parte, también podemos incluir a la lista productos más costosos como lo son los electrodomésticos o artículos tecnológicos como celulares o computadoras.
* Andrea Margarita Viscarra Valdés es actualmente Pasante en la Fundación Internacional Bases
Fuente: Fundación Internacional Bases