Desde la Fundación Internacional Bases, con sede en ocho ciudades distribuidas en tres continentes, queremos hacer llegar nuestra propuesta formal para la compra de la casa natal de Ernesto “Ché” Guevara.
Sabemos que la operación no va ser sencilla.
Comenzando por el precio. Los propietarios, ambos admiradores del Ché, piden 400 mil dólares americanos por el departamento de 220 m2. Dicho precio está bastante por encima del precio de la zona. Según quienes entienden de la materia, no debería superar los 260 mil.
Pero las dificultades no terminan aquí.
Además del abultado importe, los propietarios también quieren imponer condiciones a los posibles compradores. Por un lado, exigen que los nuevos dueños “respeten la figura del Ché”. Por el otro, que el departamento “mantenga la función que ha venido teniendo hasta ahora”.
Cabe aclarar que dado que la vivienda se encuentra en un edificio residencial, no puede funcionar como museo o local abierto al público. Sin embargo, tras ser amueblado al estilo de los años 20s (el Ché nació en 1928) lo pusieron a disposición de los gobiernos rosarino, santafesino, nacional y cubano “para hacer visitas o actividades de protocolo”.
En consecuencia, nuestra propuesta tiene que atender tanto el elevado precio que los dueños quieren como las exigencias respecto de la memoria del Ché y todo lo que él representó.
Desdolarizar
En primer lugar, a la Fundación Internacional Bases le gustaría negociar respecto del valor a pagar.
Comencemos con el hecho de que nos parece directamente un atentado a la figura del Ché Guevara que el precio esté expresado en dólares americanos. Es una ofensa que no podemos tolerar.
Por eso, se nos ocurren varias alternativas.
Primeramente, pensamos que podríamos pagar la operación en pesos cubanos. Cuba posee dos monedas nacionales: el peso cubano (CUP) y el peso cubano convertible (CUC). Ambas son básicamente inservibles fuera de isla. Y en la propia Cuba tampoco pueden hacer mucho dada las carencias materiales básicas originadas por el sistema comunista.
Pese a todo ello, creemos que sería lo más justo y solidario que la operación de compra-venta por la casa natal del Ché se hiciera en cualquiera de las monedas basura cubanas y que el producto de la venta sea exclusivamente gastado en “bienes y servicios” cubanos.
Por cierto, debemos recordar que el Ché fue nombrado por Fidel Castro como presidente del Banco Central cubano. Carlos Alberto Montaner señala que como consecuencia de las políticas monetarias de Guevara “el peso cubano, que durante décadas había mantenido la paridad con el dólar, comienza a hundirse en medio de un creciente proceso inflacionario”. Usar el peso cubano, entonces, es otra forma de honrar la memoria del Ché…
Pero sabemos que una negociación llegue a buen término, hay que ser flexibles. Por eso sugerimos otras alternativas.
De la cripto venezolana al rascacielos norcoreano
Uno de los grandes aliados actuales de Cuba es la República Bolivariana de Venezuela. Se nos ocurre que si el peso cubano no convence a los vendedores podríamos pagar en Petro, la supuesta criptomoneda lanzada por Nicolás Maduro en 2018.
Así como innovadores y criptógrafos han venido desarrollando monedas como Bitcoin, el gobierno venezolano tiene su propia criptomoneda. En efecto, el Petro estaría relacionado a las reservas venezolanas de petróleo, oro y diamantes (de alguna manera poco clara). No extraña entonces que la criptomoneda bolivariana sea rechazada internacionalmente y carezca de utilidad real.
Nos parece además muy pequeñoburgués que el precio que piden los actuales propietarios esté regido por la oferta y demanda del mercado argentino. El Ché es uno de los mayores ejemplos de la Patria Grande de la que tanto hablaron personajes como Néster Kirchner y Hugo Chávez. Por ello, creemos que el precio del metro cuadrado debería ser regido por las realidades de las economías socialistas de Cuba o Venezuela.
Si el parámetro es Cuba, dado que no existe la propiedad privada allí, el precio debería ser cero y los actuales propietarios deberían sencillamente transferirnos la titularidad del inmueble en forma gratuita.
Entendemos que eso puede ser demasiado radical. Por lo que una buena métrica podrían ser los precios de Caracas. En la capital venezolana los precios de las propiedades han caído un 75 por ciento en los últimos 20 años, desbarrancándose hasta los 350 dólares por m2 promedio. Además, dada la gran cantidad de gente emigra desesperada por la situación económica, los precios reales pueden caer mucho más. “Quien toma la decisión de emigrar ‘regala’ su propiedad, tal vez en diez mil dólares. Ese inmueble, aún con precios bajos, debería valer no menos de ochenta mil”, explica un agente inmobiliario.
Es decir, para ser consecuentes, los actuales propietarios de la casa natal del Ché Guevara deberían contentarse con ocho veces menos que el valor que esperaban recibir.
Finalmente, y entendiendo que quizás recibir un pago en pesos cubanos y Petros puede no ser tan tentador, queremos ofrecerles una permuta.
En Pyongyang, capital del fantástico paraíso comunista de Corea del Norte, se encuentra el edificio sin terminar más alto del mundo. Conocido como el “hotel de la perdición”, el rascacielos en forma de pirámide supera los 300 metros de altura y fue diseñado para albergar al menos 3.000 habitaciones, así como cinco restaurantes giratorios con vistas panorámicas. Se encuentra, sin embargo, vacío e incompleto desde 1987.
Las ventajas de este edificio son obvias. Mientras que los 220 m2 de la casa natal de Guevara sólo permiten homenajear a su figura, el rascacielos norcoreano ofrece espacio de sobra para celebrar las vida de obra, no sólo del Ché, sino de personajes similares. Así, genocidas de la calaña de Stalin, Pol Pot, Lenin, Mao Zedong, Fidel Castro, Nicolás Maduro y Kim Yong Ill podrían también tener sus museos.
Buena memoria
Estamos seguros que los actuales propietarios de la casa natal del Ché quedarán fascinados por las propuestas de pago o permuta que hemos hecho. Por lo que ahora toca despejar cualquier duda respecto a la cuestión de la preservación del legado. De hecho, en la Fundación Internacional Bases nos parece muy importante dejar bien en claro qué clase persona fue el Ché.
La vivienda cuenta con cinco habitaciones (cuatro dormitorios y un living-comedor) más dependencias de servicio. Por lo tanto, proponemos la siguiente utilización de los espacios:
- Dormitorio 1 destinado a rememorar a todas las personas asesinadas por el Ché, quien siempre se manifestó partidario de los fusilamientos y las ejecuciones sumarias.
- Dormitorio 2 utilizado para contar su devastador paso por el Ministerio de Industria y el Banco Central cubanos.
- Dormitorio 3 con un estudio de los fracasos del Ché cuando intentó exportar la violencia al Congo y a Bolivia (esta última “aventura”, además lo llevó a la muerte).
- Dormitorio 4 con una conmemoración de los resultados de sistema comunista que el Ché ayudó a imponer en Cuba: 10.000 asesinados, 80.000 balseros ahogados y 1,5 millones de exiliados.
- Living-comedor utilizado para una muestra permanente del plato típico comunista: el plato vacío.
Desde la Fundación Internacional Bases consideramos que esta propuesta hace el ofrecimiento económico que los propietarios de la casa natal del Ché moralmente merecen, combinada con la justa rememoración que un sujeto de la calaña de Guevara debería tener.
* Federico N. Fernández es presidente de la Fundación Internacional Bases