La Peste Negra y el Coronavirus: Lecciones del Siglo XIV

No importa cuán grave se vuelva la actual pandemia de coronavirus, al final palidecerá en comparación con la plaga más mortal de la historia de la humanidad. Puede ser reconfortante poner las cosas en perspectiva histórica. Podría ser peor, y hace solo siete siglos, seguro que lo fue.

Era el año 1347. El asedio mongol a la ciudad portuaria de Caffa en el Mar Negro se derrumbó por dentro: una enfermedad devastadora que los invasores trajeron sin querer de China los mató en masa y minó la moral de aquellos a los que perdonó. Antes de que los desanimados mongoles se retiraran, se dedicaron a un último asalto. Desplegando sus catapultas de madera, lanzaron los cuerpos de sus muertos sobre las murallas y dentro de la ciudad en un temprano ejemplo de guerra biológica.

Medio siglo antes, Caffa había sido comprada por comerciantes y cargadores de la República de Génova en la actual Italia a los mongoles. La convirtieron en un próspero centro comercial, pero también en el hogar de uno de los mayores mercados a nivel mundial de esclavos de la época, hasta que las relaciones con los mongoles se deterioraron para convertirse en una guerra abierta.

Cuando los cuerpos de las víctimas de la peste aterrizaron dentro de sus muros, la gente de Caffa escaparon en barco y navegaron a Génova, Venecia y Pisa, junto con la enfermedad y las ratas y pulgas que sirvieron como sus principales portadores. En cuestión de semanas, la península italiana se convirtió en el nuevo epicentro de un contagio conocido como «Peste bubónica» o «Peste negra». Eventualmente acabaría con al menos un tercio y quizás hasta la mitad de la población humana de Europa.

56.000 personas murieron en un solo mes en la ciudad de Marsella, Francia. Florencia, Italia, vio el 50% de sus 100.000 habitantes eliminados. En algunos de los pueblos más afectados, tres cuartos de los ciudadanos perecieron en poco tiempo.

Robert S. Gottfried nos dice que la Peste Negra llegó a Londres a finales de septiembre de 1348. Londres era la ciudad más grande de Inglaterra, pero albergaba sólo 50.000 personas hacinadas en una única e insalubre milla cuadrada. El número de víctimas de la peste fue asombroso en sus dimensiones:

Programado para reunirse en Westminster en otoño de 1349, el Parlamento nunca se reunió. La Peste Negra se prolongó hasta finales de la primavera de 1350 y mató entre el 35% y el 40% de la población de Londres, una cifra que algunos estudiosos elevan hasta el 50%. Dado que Londres ofrecía excelentes oportunidades de progreso social y económico, y era un imán para los inmigrantes, su población probablemente comenzó a aumentar tan pronto como la plaga se había calmado. Aún así, la ciudad no volvería a tener 50.000 personas hasta principios del siglo XVI.

El relato de Gottfried es uno de los varios y excelentes libros sobre la Peste Negra. He enumerado otros entre las lecturas recomendadas a continuación. Si esta época te interesa, no te pierdas la obra clásica de Giovanni Boccaccio llamada El Decamerón. Esta descripción en Amazon sobre el clásico del siglo XIV puede abrirte el apetito:

Ambientada durante la Peste Negra, El Decamerón es una colección de 100 cuentos contados por un grupo de siete mujeres y tres hombres jóvenes, asolados en una cuarentena auto-impuesta mientras esperaban que la plaga pandémica se extendiera por Florencia. Las historias de El Decamerón van desde lo erótico a lo trágico y a lo cómico, desde bromas prácticas frívolas a lecciones de vida significativas. Una de las obras más significativas e influyentes de la literatura europea, es considerada una obra maestra de principios de la prosa clásica italiana.

Las medidas actuales para combatir el virus COVID-19 se evaluarán mejor en retrospectiva, pero algunas de ellas son claramente invasivas y destructivas de los derechos civiles que aprecian las personas libres; algunas de ellas también pueden demostrarse a tiempo como ineficaces o contraproducentes para combatir el virus mismo. En cualquier caso, como escribí en «La verdadera prueba de una nación viene después de la crisis» y en «Un virus peor que el de Wuhan«, debemos estar atentos o un problema a corto plazo se transformará en una tiranía a largo plazo.

Sin embargo, las respuestas a la Peste Negra en el siglo XIV hacen que las nuestras hasta ahora parezcan tibias.

En su fascinante historia, La Peste Negra, el historiador Philip Ziegler informa de casos de hogares de enfermos que habían sido amurallados, dejando a los habitantes morir en su interior. Los cuerpos por docenas, incluso cientos, fueron enterrados en tumbas poco profundas, sólo para ser desenterrados y esparcidos por los animales salvajes. La hemorragia intencional era consideraba por el público en general como un útil, preventivo y paliativo, pero por supuesto, no hacía más que debilitar a las personas sometidas a ella.

En algunos barrios ignorantes, se culpó de la enfermedad a minorías impopulares (como judíos o gitanos), lo que condujo a persecuciones y masacres. Para cientos de miles, si no millones, de europeos, el «tratamiento» resultó ser peor que la enfermedad.

John Kelly, en La Gran Mortalidad, revela que los burócratas de los gobiernos locales se aprovecharon de la crisis a veces. Por ejemplo, en Florencia, escribe: «Durante 1348, los funcionarios municipales robaron 375.000 florines de oro de las herencias y propiedades de los muertos». El crimen y el desorden generalizados se convirtieron en la excusa para imponer penas y persecuciones draconianas.

Se necesitaron cuatro años de agonía para que la Peste Negra que comenzó en 1347 siguiera su curso, pero se necesitarían 200 años para que la población de Europa alcanzara su nivel anterior a la plaga.

Mientras todos esperamos el fin de esta pandemia, agradezcamos que vivimos en el siglo XXI, no en el XIV.

Para una lectura adicional, ver:

«La Peste Negra y los Impuestos» por B. K. Marcus

El Decamerón de Giovanni Boccaccio

La Peste Negra: Desastres Naturales y Humanos en la Europa Medieval por Robert S. Gottfried

La Gran Mortalidad: Una Historia Íntima de la Peste Negra, la Plaga más Devastadora de Todos los Tiempos por John Kelly

La Peste Negra por Philip Ziegler

«La Revuelta Campesina de 1381: Una Inesperada Rebelión Fiscal» por Lawrence W. Reed

Fuente: La Fundación para la Educación Económica (FEE)

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