Un portal de Internet dedicado a los negocios, publicó que Apex América, un contact center de capitales canadienses, chilenos y argentinos con sede en Córdoba y un centro de operaciones en Rosario que emplea a 700 personas, había recibido la negativa por parte del Gobierno Provincial de Santa Fé a ser exceptuado de tributar el impuesto a los Ingresos Brutos.
A mero modo aclaratorio, la normativa provincial define exportación como la venta de Productos al extranjero, y no de Servicios. Lo que Apex quería era ser exceptuada taxativamente, sin embargo, en mi opinión, no acertaron en la forma. De hecho, la exención reclamada es redundante ya que tendrían que haber pedido la redefinición del concepto de exportación en la normativa.
Dicha redefinición hubiese sido un gol de media cancha para los exportadores de servicios de la ciudad. Sin embargo, dado que las empresas tecnológicas y productoras de software y servicios informáticos, se encuentran exceptuadas por la Ley de Software Nacional (que les da carácter de Industria), había pocas voces a favor de la redefinición.
Si bien nuestro actual gobernador tiene mejor predisposición para con la ciudad que gestiones anteriores, esto no alcanza ya que su gabinete y los legisladores no comparten esa idea de una Santa Fé más equilibrada. En este sentido, Apex fue víctima, como tantas otras empresas, de la guerra entre Rosario y la Capital provincial. Vamos a convenir, como planteaba anteriormente, que la forma en la cual Apex planteó el cambio no era la correcta, pero la realidad es que si la empresa estuviese radicada en nuestra Capital provincial, otra hubiese sido la noticia. Hace años que los Rosarinos somos victimas de una lucha desigual entre nuestra ciudad, productiva, con ganas de crecer, con ganas de hacer, y una capital provincial que no tiene actividad propia, donde el sector privado prácticamente no existe y que vive a costillas de los tributos de la nuestra. Por otro lado, el toma y daca que se plantea permanentemente a la hora de aprobar o impulsar inversiones en infraestructura hace que todo se demore, todo se paralice, perjudicándonos a todos, rosarinos y santafesinos en general.
Como si esto fuese poco, los empresarios rosarinos y los trabajadores, tienen que competir con el manejo en dirección contraria que tienen nuestros vecinos cordobeses. Mientras que la provincia niega una exención a Apex, nuestros vecinos de Córdoba, en un intento por convertirse la capital nacional de los Call Centers, autorizan una exención fiscal al sector por un plazo de 10 años.
A modo de expresar una opinión respecto al tema y a las respuestas de ambas provincias al mismo tema, creo que ninguna de las dos es buena. Si lo vemos desde el punto de vista de los contact centers, la alternativa cordobesa ha sido mejor, pero para los agentes económicos que se mueven por incentivos de mercado, buscando un lugar para radicar sus inversiones productivas, la exención que Córdoba arbitrariamente ha dispuesto es peligrosa. ¿Qué autoridad se adjudica el Estado, ya sea nacional, provincial o municipal, para determinar qué inversiones son mejores que otras? ¿Qué cosa nos hace pensar que un burócrata puede saber mejor que los agentes económicos lo que pasa en el mercado? Tal vez tener una tarjeta que acredite una función pública y cobrar un salario de las arcas del estado insufle sabiduría empresaria, pero no me consta. ¿O acaso las exenciones impositivas dependen del poder de lobby de un sector u otro?
Creo que una buena alternativa sería plantear una baja impositiva “universal”, que beneficie a todos los sectores productivos de la provincia e incentive a la radicación de nuevos emprendimientos que generen trabajo para la gente y mayor actividad económica en la región, lo cual repercute en la vida de todos nosotros. Una Rosario con más empresas es una Rosario más vital, más linda, más segura, en definitiva, una Rosario mejor.