¿Qué Tanto más Próspero Sería el Mundo sin la Política China de un Hijo?

Oriental Pearl Tower in Shanghai during daytime

“Es un cálculo sencillo. Este universo es finito, sus recursos, finitos. Si la vida no se controla, la vida dejará de existir. Necesita una corrección”. Así argumentó Thanos en la película de 2018 Avengers: Infinity War. Pero, ¿de dónde vienen las ideas de Thanos?

En 1968, el biólogo de la Universidad de Stanford Paul Ehrlich publicó un libro inmensamente popular e influyente, The Population Bomb. En este libro, Ehrlich decía que el crecimiento de la población resultaría en una hambruna masiva. Más recientemente, argumentó que “No se puede continuar creciendo para siempre en un planeta finito. El problema más grande al que nos enfrentamos es la continua expansión de la empresa humana”.

Los trabajos tempranos de Ehrlich lanzaron una frenesí de estudios, libros y artículos acerca de la supuesta relación negativa entre el crecimiento poblacional y la escasez de los recursos. Dos de ellos, The Limits to Growth del Club de Roma (1972) y The Ecologist’s Blueprint for Survival (1972), fueron tomados seriamente por el Partido Comunista de China.

Thanos, coincidentemente, apareció por primera vez en un libro de historietas en 1973.

La política china de un hijo

En 1980, los comunistas chinos implementaron la llamada política de un hijo. El periodista estadounidense Charles C. Mann reporta que el límite de nacimientos “condujo a números gigantescos —posiblemente 100 millones— de abortos obligados, muchas veces en malas condiciones que contribuyeron a la infección, la esterilidad e incluso la muerte. Millones de esterilizaciones forzadas sucedieron [también]”.

La Comisión Nacional de Planificación Poblacional y Familiar, a la que se le encargó implementar la política de un hijo, se convirtió en una burocracia gigantesca con medio millón de empleados a tiempo completo y 85 millones de empleados a tiempo parcial. Según el mismo gobierno chino, la política previno 400 millones de nacimientos.

De manera que Ehrlich, quien todavía está vivo, es el verdadero Thanos y China fue su universo. Las principales víctimas de las recomendaciones de política pública de Ehrlich fueron las mujeres. Las madres sufrieron, y la preferencia cultural china por los hijos significó que las niñas fueron abortadas más frecuentemente que los niños. Se estima que había 34 millones más de hombres que mujeres en China en 2018. Bajo condiciones normales, debería haber una paridad aproximada entre ambos sexos. China relajó su política de un hijo en 2015, y Ehrlich se enfureció. Dijo en Twitter (todo en mayúsculas): “UNA LOCURA SIN SENTIDO —LA PANDILLA DEL CRECIMIENTO PARA SIEMPRE”.

A diferencia de Ehrlich, creemos que la política de un hijo de China fue un error. La política causó un sufrimiento y muerte masivas.

Además, los análisis sugieren que sin el límite de nacimientos en China, los recursos globales serían casi el doble de abundantes hoy. Si usted está interesado en saber cómo llegamos a esa estimación, siga leyendo.

¿Cómo medir la abundancia global de recursos?

Nuestro método para estimar la abundancia global de recursos es sencillo. Se basa en la economía, no en la física, y en los precios, no en las cantidades. Empezamos calculando los cambios en la abundancia personal de recursos (esto es, puede el habitante promedio del mundo comprar más o menos). Luego multiplicamos ese valor por el tamaño de la población. Finalmente, comparamos el tamaño del pastel global de recursos en dos puntos distintos del tiempo para ver si la abundancia de recursos aumentó o cayó.

La abundancia personal de recursos se mide en precios en tiempo. Compramos cosas con dinero, pero pagamos por ellas con el tiempo. Un precio en tiempo es las horas y minutos de trabajo que se necesitan para ganar suficiente dinero para comprar un ítem. Esta es la relación del precio en dinero (nominal) dividido por el ingreso (nominal) por hora.

Para determinar si la abundancia de recursos está aumentando o cayendo, analizamos los precios en tiempo de 50 materias primas básicas, incluyendo la energía, los alimentos, los materiales, los minerales, y los metales, entre 1980 y 2020. Nuestros datos provienen de tres organizaciones con buena reputación: el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, y la Conference Board.

¿Qué encontramos?

Encontramos que el precio en tiempo promedio de las 50 materias primas básicas cayó en 75,2 por ciento. Eso significa que el tiempo requerido para ganar suficiente dinero para comprar una unidad de nuestra canasta de 50 materias primas básicas en 1980 le conseguiría 4,03 unidades en 2020. De manera que el habitante promedio del planeta experimentó un incremento de 303 por ciento en su abundancia personal de recursos.

Entre 1980 y 2020, la población mundial pasó de 4.434 millones a 7.795 millones de personas, o un incremento de 75,8 por ciento. Dicho de otra manera, cada incremento de 1 por ciento en la población mundial correspondió a un declive de 1 por ciento en los precios en tiempo (-75,2 por ciento ÷ 75,8 por ciento = -0,992).

Considerando que la abundancia personal de recursos aumentó en 303 por ciento y que la población mundial aumentó en un 75,8 por ciento, podemos decir que la abundancia global de recursos (esto es, el incremento en la abundancia personal de recursos x el incremento en la población mundial) aumentó en 609 por ciento. [i]

¿Qué pasaría si agregáramos 400 millones de personas que no están debido a la política de un hijo? 

¿Qué hubiera sucedido con estos hallazgos si la población mundial hubiese aumentado por unos 400 millones adicionales de personas? En lugar de una población mundial de 7,8 mil millones, el planeta ahora estaría siendo habitado por 8,2 mil millones de personas (esto es, hubiera aumentado en un 84,8 por ciento en lugar de 75,8 por ciento entre 1980 y 2020). ¿Qué efecto habría tenido ese incremento de la población mundial sobre la abundancia de recursos?

Recuerde que nuestros hallazgos sugieren que por cada incremento de 1 por ciento en la población mundial, los precios en tiempo caen en 1 por ciento. Si esa relación se mantiene en un mundo poblado por 400 millones de personas adicionales, los precios en tiempo hubieran caído en 84,8 por ciento en lugar de 75,8 por ciento.

Por la misma cantidad de tiempo requerida para ganar suficiente dinero para comprar una unidad de nuestra canasta de 50 materias primas básicas en 1980, usted obtendría hoy 6,59 unidades (en lugar de 4,03 unidades) en 2020. Eso representa un incremento de 559 por ciento en la abundancia personal de recursos (en lugar de 303 por ciento). Eso también significa que la abundancia global de recursos hubiese incrementado en 1.118 por ciento (en lugar de 609 por ciento).[ii]

¡Tal es el milagro del cálculo compuesto! Thomas Malthus, el pastor inglés que es el precursor intelectual de Ehrlich, reconoció el crecimiento exponencial pero erróneamente pensó que la población crecería más rápido que los recursos. Doscientos años de evidencia empírica sugieren que lo contrario es cierto.

Resumen

China ha experimentado una gran bonanza económica desde que inició sus reformas económicas en la década de 1970. Al mismo tiempo, el pueblo chino ha sufrido por la política de un hijo que redujo la población potencial de china por 400 millones de personas. ¡Solo imagínese qué tanto más próspera podría ser China hoy si su economía empleara a 400 millones más de jóvenes (y si fueran un tanto más libres)!

A fines de la década de 1970, el Partido Comunista Chino asumió que a menos que ellos implementaran controles de población estrictos, China nunca escaparía de la pobreza. Por supuesto, hoy, sabemos que la política económica —específicamente, una mayor libertad económica— no el control poblacional, la que merece crédito por el éxito de China.

Pero, como demostramos, el resto del mundo también sufrió. Si la población global fuese un 9 por ciento mayor, el precio en tiempo promedio de las 50 materias primas básicas sería un 9 por ciento inferior. En lugar de un incremento de 303 por ciento en la abundancia personal de recursos, el habitante promedio del mundo sería un 559 por ciento más próspero.

En lugar de un incremento de 609 por ciento en la abundancia global de recursos, los recursos mundiales serían 1.118 por ciento más abundantes. En nuestro próximo libro, The Age of Superabundance, presentaremos evidencia que sugiere de manera contundente que los seres humanos son el recurso humano más importante, dado que son las personas las que crean en promedio más de lo que consumen —justo como el difunto economista Julian Simon lo predijo.

 

Fuente: El Cato

Las opiniones expresadas en artículos publicados en www.fundacionbases.org no son necesariamente las de la Fundación Internacional Bases

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