En Alemania una red de periodistas activistas fundada en 2021 ha elaborado unas directrices y un código para el periodismo climático, que muchos periodistas e incluso medios de comunicación han firmado. La radiotelevisión pública está especialmente bien representada. Estas directrices tienen poco que ver con el periodismo tradicional, sino con la manipulación de la opinión y el activismo.
También ha causado revuelo un folleto del WDR sobre la elección de palabras apropiadamente alarmistas, en el que se sugiere que, en lugar de utilizar términos objetivos, se recurra a la valorización y dramatización de términos como crisis climática, calentamiento global y negacionista del clima.
Un poco de lectura nos permite confirmar que esto no sale de la nada, sino que es el resultado de una acción concertada de periodistas activistas del clima. Ya en julio de 2021, estos periodistas se reunieron para formar una red de periodismo climático con el fin de idear y poner en práctica conjuntamente este tipo de cosas.
Carta de la Red de Periodismo Climático
Desde el verano de 2022, existe una «Carta de la Red de Periodismo Climático» para informar sobre el clima de forma adecuadamente alarmista. En total, 302 periodistas de Alemania han firmado abiertamente. También han firmado unos 150 de Austria. Hay un número desconocido de firmas no públicas.
Según estos profesionales del periodismo, es tarea del periodismo climático:
- aclarar la amplitud de la crisis, siempre, no sólo ligada a la actualidad y más allá de las fronteras departamentales,
- guiarse por el «estado de la ciencia» y evitar el «falso equilibrio», es decir, no permitir que aparezcan posiciones minoritarias,
- reconocer como un hecho que el colonialismo y el paradigma del crecimiento son causas de la crisis climática,
- predecir una «catástrofe irreversible» si los responsables no actúan con decisión en los próximos años,
- declarar que la crisis climática es una amenaza para la democracia y los derechos fundamentales,
- tomar el Acuerdo Climático de París de 2015 y la «sentencia climática» del Tribunal Constitucional Federal Alemán de 2021 como (incuestionables) directrices y guías,
- y garantizar así la preservación de las bases de la vida para «todos los seres vivos de este planeta».
¿Periodismo o activismo?
En otras palabras: debido a la importancia de la cuestión, cualquier medio está justificado para agitar y ejercer presión, incluso cualquier exageración. No importa que es casi seguro que seguirá habiendo muchos seres vivos en este planeta, aunque se haya vuelto demasiado caliente para los humanos. Este modelo del lenguaje dramatizado es perfectamente reconocible tanto en el folleto de la WDR como en la «Guía para los medios de comunicación» del WWA (World Weather Attribution).
La transición al activismo climático es fluida. Por eso, uno de los cofundadores de la Red de Periodismo Climático, Raphael Thelen, se retiró del periodismo hace unos meses y ahora se dedica a “trabajar” en las calles en nombre de la Última Generación. Los firmantes de la Carta a menudo no mencionan a sus empleadores. Frecuentemente, son free-lancer que trabajan para distintos medios. En aquellos casos en que han nombrado instituciones, surge un claro enfoque que apunta a los medios públicos. Se mencionan 13 veces la institución ARD, tres veces HR (Radiodifusión de Hesse), tres veces Deutsche Welle, dos veces ZDF y una vez Deutschlandradio. Además, el colectivo de investigación y «fact-checking» Correctiv está representado cuatro veces, el Tagesspiegel tres veces, y ntv y t-online dos veces cada uno.
Los medios de comunicación austriacos van aún más lejos
La rama austriaca de la red va un paso más allá y, además de la carta para periodistas individuales, ha elaborado unas «directrices para el tratamiento editorial de la crisis climática«. Las publicaciones deben comprometerse a respetar este código. Entre otras, ha firmado la APA – Austria Presse Agentur, la mayor agencia de noticias de Austria, propiedad de diarios austriacos y de la cadena pública ORF. En la presentación del Código, APA estuvo representada en el podio por su redactor jefe, y ORF por su responsable de sostenibilidad. La influencia de las agencias de prensa dominantes, cuyas contribuciones son adoptadas por muchos medios de comunicación, es enorme.
La APA y los periódicos y revistas firmantes se comprometen a tratar la crisis climática junto con la extinción de especies como la crisis más urgente de este siglo y a darle mayor prioridad que a todos los demás temas, dar a la información sobre el clima amplio espacio y recursos en todos los temas y departamentos, destacar las consecuencias del calentamiento global y las posibles vías de actuación, hacer justicia al alcance y las consecuencias de la crisis climática con ilustraciones y elección de palabras, no restar importancia a los acontecimientos (por dudosos que estos sean en su atribución) que puedan atribuirse al calentamiento global provocado por el hombre.
Visión unívoca del mundo
Estos códigos para periodistas se basan en una visión del mundo en la que la modelización común del complejísimo fenómeno del clima ya no es un «hecho» cuestionable. Por eso ellos no necesitan dar explicaciones: «El periodismo climático no es activismo». La red alemana ofrece, entre otras cosas, un «Manual de Periodismo Climático» cuyos «hechos climáticos» se supone que ayudarán a los periodistas y a otras personas en su supuesta tarea de «hablar del clima de forma que la gente se sienta motivada para actuar».
La red también ofrece una lista de expertos universitarios adecuados de los que se garantiza obtener declaraciones en el sentido de las directrices. Organiza grupos de trabajo y conferencias de expertos para periodistas. A partir de septiembre, por ejemplo, hay una «sesión informativa sobre el clima 5vor12«. El divulgador de los puntos de inflexión climáticos supuestamente irreversibles, Stefan Rahmstorf, dio el pistoletazo de salida con una charla sobre cómo clasificarlos.
Rehuyen el debate
Se reconoce a primera vista y en todas partes: los miembros de la Red de Periodismo Climático están 100% seguros de su (buena) causa. Sólo dudan y cuestionan los argumentos y posiciones del supuesto o real bando contrario. No hay ningún interés en el intercambio abierto con los escépticos más o menos moderados de la teoría climática pura, y posiblemente ni siquiera en aprender de ellos.
En todos estos textos se explica con detalle por qué es tan importante seguir diciendo a la gente que la ciencia está de acuerdo y en consenso, recurriendo a los descubrimientos de la psicología (de masas). En resumen, el argumento es: la ciencia ha establecido que la gente creerá cualquier cosa si se le dice con suficiente frecuencia que la ciencia lo ha establecido.
Periodismo o propaganda
Una vez más, me gustaría subrayar que no tengo una opinión firme sobre las cuestiones planteadas aquí, principalmente porque es muy difícil encontrar informes imparciales sobre la polémica en torno a si el cambio climático es una crisis catastrófica para el planeta o únicamente un serio problema en ciertas regiones que se ven más afectadas. Lo que está claro, sin embargo, es que lo que propaga la red de medios en general ya no es periodismo, sino propaganda. Los miembros y firmantes de las diferentes “cartas de periodismo climático” que ven acercarse el fin del mundo o de la humanidad lo consideran necesario. Puede que tengan razón. Pero que lo sigan llamando periodismo es engañoso. Deberían ser honestos y rebautizarse como «Red de propaganda climática», por ejemplo.
Creo que es muy honroso que la gente defienda algo que es importante para ellos por responsabilidad social general. Pero también creo que, si lo hacen como periodistas, deben atenerse a los principios del periodismo en un sistema plural y democrático. Estos incluyen informar de la forma más completa y objetiva posible y separar la opinión de la información de la forma más clara posible para que los receptores tengan la oportunidad de formarse su opinión libremente sin ser manipulados. Por el contrario, lo que propaga la Red de Periodismo Climático germana es la manipulación mediante el uso selectivo de trucos psicológicos, el abuso del lenguaje apocalíptico y la selección de temas sobre los que informar.
Fuente: Instituto Juan de Mariana